lunes, 22 de diciembre de 2014

Cambios y vida












No he tenido la oportunidad de escribir desde hace semanas. Mi vida gira en este momento entre trabajar y cumplir con obligaciones que parecen interminables. Así se siente ser un adulto. Es curiosa esa transición, de ser un estudiante mantenido,  a un ser libre, individuo de una sociedad.

¿Por qué hay tantos jóvenes deprimidos?, ¿Por qué la juventud parece quedarse en un vacio, en un pozo en donde depositan su esencia? Un pozo que es cubierto por las imágenes que se deben construir para entrar en esta nueva etapa de la vida y, para poder ganar dinero. Se nos pide a diario que cambiemos, que usemos una sonrisa falsa, que recitemos palabras que sólo resuelvan problemas que en verdad no entendemos ni nos interesan. Nos piden a diario que dejemos a un lado quienes somos, nuestros sueños e ilusiones. Nos piden formar parte de una sociedad que avanza, que progresa y construye monopolios. Nos piden ser uno con todos, dejando de ser nosotros mismos.

Perdemos a diario al individuo.

Se le llama una vida con riesgos, inestable, ilógica. Se nos llama locos, drogadictos, artistas muertos de hambre, soñadores, desconectados de la realidad. Se nos puede llamar de mil maneras y ninguna cumplirá en verdad con quienes somos. Decidimos, nosotros los locos, salir a golpe duro de ese mundo, con dolor y orgullo. Decidimos liberarnos un poco más de este mundo que te obliga a vivir de cierta manera, porque eso nos parece increíblemente ilógico. Vivir con una guía es una vida incompleta, no vivida, falsa. Vivir es tomar riesgos, sean dentro de ese mundo social o eligiendo caminos que no han sido transitados. Vivir es no temer a la muerte, sino a la jaula.

Aun cuando en este momento me encuentro navegando en este océano de empleos y ganancias, espero salir pronto, tengo mis planes, tengo mis sueños sobre la tierra. No he cavado la tumba de mis ilusiones y metas. Pronto dejare esta sonrisa falsa, esta imagen diseñada. Claro es difícil, vivir una vida sin comodidades afecta al ser que está acostumbrado a la vida moderna, pero hay más en la vida que rebajas y celulares. Alejarse de la realidad social es también difícil, representa un camino más solitario, pero siempre se encuentra a esas personas que igual deciden salir y explorar. Ellos son los amigos que recordaras cuando la piel se arrugue y la vista confunda.

Hay que vivir.